¡Hola, buenos días a todos! Tengo un problema y me gustaría recibir algún consejo. Mi marido y yo vivimos con mis suegros. Llegamos al pueblo hace dos meses y la primera idea ha sido vivir en su casa hasta encontrar trabajo. Mi suegra es una mujer chapada a la antigua y no sé cómo comportarme con ella. Le gusta contralar a todo el mundo, sobre todo a mí. Si pongo la lavadora separando la ropa de color de la ropa blanca me dice que ella no lo ha hecho nunca, que es una tontería. Se mete en nuestra habitación y vuelve a hacer la cama a su manera, me quita la ropa para tenderla “bien”. Me está diciendo como educar a mis hijos y, para el colmo, cada vez que me visto me dice que voy mal vestida. Esto se ha convertido en un infierno. ¿Qué debo hacer?
Amiga, tu suegra quiere el bien de la familia . Te está enseñando cosas buenas. Una persona mayor siempre sabe más que nosotras. Mi madre es igual que esta señora y siempre le enseña a mi cuñada cosas nuevas. No te lo tomes a mal, pero vivir en este mundo es muy difícil y nos viene bien que alguien nos enseñe. Yo de mi madre he aprendido muchas cosas. Nos enseñó a todos a ahorrar, pero no todos hemos aprendido. Mis hermanos viven al día y no tienen nada. En cambio, yo tengo mi casa, mi coche y todo lo que tengo sin pedir un solo crédito. Deberías escuchar a tu suegra porque los mayores saben más que nosotras.
Chicas, mi suegra es igual que la vuestra, pero la tengo “neutralizada”. Al principio lloraba cada vez que iba a su casa. Cuando venía ella de visita era incluso peor. Todo le parecía feo, mal colocado y sucio. Todavía recuerdo cuando me obligó a meter en lejía todas las prendas de vestir. Me quedé sin algunas cosas, pero le hice caso para no escucharla. Ahora he aprendido lo que tengo que hacer: le digo que sí y hago lo que me gusta. De vez en cuando nos enfadamos por alguna tontería, pero ya no preocupa como antes. Tienes que salir de su casa, esto sí
¡Muchas gracias a todos! Veo que la mejor solución es buscar un piso cuanto antes. Parece que la mayoría de las suegras son así. Mi suegra con 70 años no va a cambiar su forma de ser. Mi marido y yo hemos hablado detenidamente y hemos decidido buscar un piso. A él todo esto le afectó más que a mí... Ahora no sé cómo se lo va a tomar mi suegra, pero no podemos vivir así. He mirado la parte positiva del asunto, es una buena lección de cara al futuro. Si algún día seré suegra sabré comportarme mejor. ¡Ya os contaré que tal la mudanza!