¡Hola, buenas tardes! Hoy he cumplido 45 años y parece que fue ayer el día que mi madre me llevaba al colegio de la mano… Los años han pasado y yo ya no soy lo que era. Me he transformado en un “viejo cascarrabias”, así le llamaba mi abuela a mi abuelo. El pobre se callaba y la dejaba hablar para desahogarse…. Bueno, realmente os escribo porque no sé qué pasa conmigo, con la edad aumenta mi egoísmo y esto no está nada bien. Yo no era así, pero la vida me ha endurecido demasiado y he llegado a tal punto que no me interesa casi nadie. Las personas que de verdad me importan, me importan para no sufrir yo. Me pregunto si eso es algo normal.
¡Hola, Jorge! ¡Feliz cumpleaños! Veo que no solo cumples los años, parece que también es el día de tu santo, tus padres son muy tradicionales, parece. Sobre lo que nos preguntas te diría que no tienes razón. No eres más egoísta con los años, lo que pasa que ya te exiges demasiado, que eres egoísta. No me lo creo, con la edad somos más sabios. A lo mejor has reducido tu círculo de amigos y te sientes más egoísta, suele pasar. A mí a veces me pasa, no te lo voy a negar. Creo que la madurez nos hace más selectivos, no más egoístas.
Yo creo que nos volvemos más egoístas con el tiempo porque necesitamos más cariño que nunca. A medida que avanzamos en la edad empezamos a sentirnos más solos, estamos viendo como muchos amigos desaparecen y empezamos a sentir miedo. Sentimos miedo a la hora de conocer gente nueva, miedo de implicarnos para no sufrir. Nos construimos un caparazón imaginario y nos escondemos detrás de él. Muchos de nosotros somos conscientes de esto, pero seguimos haciéndolo pensando que así dejaremos de sufrir. ¡Qué equivocados estamos, querido amigo! Nunca dejaremos de sufrir, la vida es una cadena de alegrías y tristezas, pero no están colocadas en series.
Yo creo que nos volvemos egoístas con la edad porque hemos aprendido a querernos a nosotros mismos más que a nadie. También lo hacemos porque ya no confiamos tanto en la humanidad. Hemos sido decepcionados, hemos sufrido lo nuestro y, como nos queda menos vida que antes, queremos guardarla solo para nosotros. Yo no consigo ser así, me he quemado muchísimas veces, pero sigo más o menos igual. Ya no confío en la gente, pero sigo ofreciendo mi corazón, soy irremediable. No te preocupes por cómo eres ahora, seguramente estarás bien encaminado. Si piensas que no, todavía estás a tiempo para cambiar.