Buenas. Les escribo para hacerles una consulta sobre mi hija adolescente. Acaba de cumplir los 17 años, está empezando a salir habitualmente con sus amigas y en unos días serán las fiestas de nuestro pueblo, a las que iremos y en las que todo el mundo bebe mucho. Estoy preocupado por su "iniciación" en el alcohol, sobre todo en las fiestas, y las consecuencias que puede tener la falta de experiencia y conocimiento. Hasta ahora no la hemos permitido que beba -quizá una cerveza de vez en cuando- pero se que los padres de sus amigas les permiten beber a pesar de que esté prohibido a los menores. Es lo que tienen las fiestas, todo se permite. Así que me pregunto si no sería mejor empezar a permitírselo, con cierto límite, que seguir manteniendo la prohibición y que lo haga a escondidas. Gracias.
Yo me encuentro en la misma situación que usted comenta, Garcia+Lucas. Ya me las vi con mi hijo el mayor con el mismo problema de la bebida: No lo vi venir a tiempo, no supe reaccionar y empezó a venir borracho a casa un día sí y otro también, y eso con 16 años. Ya podía decirle yo lo que quisiera que daba igual. Y ahora me las veo con la pequeña, sus problemas emocionales, sus hábitos autodestructivos y sus malas compañías. He notado ya que fuma, y me han dicho las vecinas que la han visto bebiendo cerveza en el parque... Y me temo que estando como está, que cualquier cosa que hago solo es para peor, voy a tener que hacer la vista gorda mientras que venga a su hora y no lo haga totalmente borracha.
Un compañero mío de trabajo siempre dice que las virtudes y los vicios mejor aprenderlos en casa: La primera copa de vino, la primera cerveza y el primer cigarro de su hijo, que tiene quince años, ha sido en casa y con él. Este compañero mío piensa que el problema no está en el uso, sino en el abuso y que hay que educar a tus hijos a usar el alcohol -unas cuantas copas están bien- para que no abusen. El siguiente paso de su peculiar método, según me ha comentado estos días, es pillarse una buena borrachera delante de su hijo en las fiestas de su pueblo, con vomitona y resaca incluida, para que vea lo que pasa si te pasas. Yo estoy de acuerdo con él: no es una cuestión de prohibir, permitir o limitar, es una cuestión de enseñar como, cuando y cuanto beber.
Pues si usted en las comidas se bebe su botellita de vino, y cuando se celebra algo también cae la copa después de comer, se bebe sus cervecitas viendo el fútbol y ha ido siempre a las fiestas del pueblo que usted comenta, y su hija le ha visto beber sus tres y cuatro cubatas, al igual que las amigas de su hija han visto a sus padres, lo más normal es que su hija quiera hacer también lo que usted hace, para sentirse parte "del mundo de los adultos". Si ese es el modelo que le ha dado a su hija, difícil va a ser que su hija no quiera seguirlo, y sus prohibiciones tienen pocas posibilidades de poder impedirlo. Usted verá, pero si usted bebe y quiere que su hija le respete, tendrá que ir dejando que ella también beba.
Tienes que hacerle ver que ese no es el camino, que solo le puede traer problemas, que hay otras formas de divertirse, mas acordes con su edad, tambien preocuparte por sus amistades, pueden que la influyan. No dejéis de aconsejarla pues debe sentirse sobretodo comprendida por sus padres.