Estimados, tengo un problema en casa llamado Xbox one. Digamos que mi marido está enganchado ahora a este aparato y no se despega del sofá todas las tardes. Se ha comprado desde enero hasta ahora 15 juegos. Tenemos un bebé y no es fácil mantenerlo. Yo no puedo trabajar ahora y su sueldo no es de diputado. Lo peor al fin y al cabo no es esto, es el tiempo que pasa jugando. Estoy más sola que nunca, solo cambio pañales y lo hago sola. Él siempre dice que está descansando y disfrutando de los juegos, pero yo ya no puedo más. Le he dado un ultimátum: ¡Videojuegos o yo!
Yo tengo el mismo enemigo en casa, pero lo controlo bastante. Mis hijos tienen un horario y no pueden jugar más de una hora al día. Supongo que poner horario a tu marido es imposible. Me parece bien que le hayas dado el ultimátum, así, a lo mejor, aprende a gestionar su tiempo de ocio. Tienes que hablar con él, el tiempo de ocio es importante, pero también lo es para ti. Tú necesitas a alguien a tu lado, como cualquier ser humano. Es triste ver que amamos más a las máquinas que a los seres queridos. Hemos perdido los valores por completo.
MI hermano está todos los días con la Play y con el ordenador, no tiene novia ni nada. A penas sale de casa, no sé qué hará con su vida. Tiene 33 años, no trabaja ni hace nada, solo juega y enreda con las máquinas. ¡Mira que se lo decía mi abuela a mi madre que no era bueno dejarle tanto tiempo con las maquinitas! Pero veo que tu marido es peor, tiene familia y sigue jugando sin importarle nada lo que pueda suceder. Has hecho bien en darle el ultimátum, yo le tiraría directamente la consola. ¡Mucho ánimo, Hanah!
Yo creo que antes de darle un ultimátum a alguien deberías hablar con él, igual cambia de actitud hacía la consola. No nos has dicho desde cuando tiene la consola, igual lo suyo es algo puntual. Recuerdo que a mi novio le ha pasado algo parecido cuando se compró la consola, pero era por la novedad. Hemos hablado de esto y lo entendió, empezó a jugar mucho menos. Hablando se entiende la gente, no te dejes llevar por la ira. Entiendo que estés frustrada, vuestras vidas han cambiado mucho con la llegada del bebé. No te preocupes, todo se solucionará. ¡Ánimo!
¡Buenos días! Estoy viendo los mensajes que hay y no puedo estar más de acuerdo con el último que he visto. Bueno, los demás también tenéis algo de razón, pero no podemos condenar a este pobre hombre sin hablar antes con él. Bueno, el ultimátum suena un poco fuerte, hay que dejarle entrar en la normalidad. Esto es como la droga, no se desengancha uno de un día para otro. Habla con él y ponle un horario, como a los niños. Algunos hombres necesitamos que nos guíen, yo lo reconozco. Dale una oportunidad más, no pierdes nada. Piensa que es el padre de tu hijo.