Estimados lectores y participantes: Necesito ayuda y sinceramente no sé a qué otro lugar debería dirigirme a parte de este foro. Mi problema es que mi hijo me trae por la calle de la amargura. Tiene 23 años y su pasión, como él dice, es el alpinismo y los deportes extremos. Ha hecho de todo y parece que no tiene suficiente, cada vez intenta algo más difícil y yo cada vez sufro más. Parece que disfruta arriesgando su vida. Cada fin de semana me tiene en vilo, pero este verano ha sido el no va más, se ha ido a escalar el pico ese de los Alpes franceses y ha estado un mes sin dar señales de vida. ¿Que puedo hacer con este hijo mío?
Estimada Señora. Yo soy madre de dos hijos, el mayor tiene 20 años y entiendo perfectamente cómo se siente usted. Una piensa que con los años los hijos se hacen mayores y responsables y una va a poder estar más tranquila y sufrir menos por ellos pero la verdad es que, al menos en el caso de mis hermanas y en el mío propio, no es así. Si bien mi hijo no hace deportes extremos, parece querer buscar el riesgo en el día a día, o mejor dicho en las noches que se pasa de juerga, alcohol y discotecas y que se yo. Pero con la edad que tiene ya no puedo decirle nada, vive su vida. Una amiga mía me decía justamente eso, que llegada cierta edad tenemos que aprender a dejarles ir e intentar sufrir menos, si es que eso es posible, porque ya les hemos protegido todo lo que hemos podido y ahora tienen que cuidarse ellos solos. Como si eso fuera fácil.
Bueno, mujer, entiendo su preocupación y su sufrimiento, pero no puede decir que porque su hijo sea aficionado a los deportes extremos él le trae a usted por la calle de la amargura, me parece un poco exagerado. Yo eso lo pienso cuando veo a las madres de alguno de mis conocidos que han acabado enganchados a las drogas, o que han tenido grandes problemas de dinero por ser adictos al juego. No digo que lo que hace su hijo no conlleve su riesgo, pero no deja de ser un deporte donde, con precaución y sensatez uno no tiene porque poner su vida en peligro. Confíe en su hijo, si usted le ha educado bien todos estos años sabrá valorar su vida y cuidar bien de ella. No olvide que el lo hace porque quiere, es feliz así y eso debería hacerle sentir bien a usted también, el saber que su hijo es feliz.
Señora, yo creo que usted debería hablar con su hijo y explicarle lo que siente, o que hable un hermano/a suyo, alguien que le sea cercano y os entienda a los dos y que pueda hacerle entender que tiene que ponerse menos en riesgo y pensar también en usted.
Como padre entiendo su preocupación perfectamente. Mi hijo con solo 8 años cada vez que va a la piscina se tira de cabeza y hace unas piruetas que asusta a todo el mundo. ¡Parece que le gusta el peligro! Claro que esto no es tan peligroso como los deportes que hace su hijo, pero es que mi hijo es aún mi pequeño, sobre todo para estas cosas… ha aprendido a nadar este mismo año! Todo el mundo alucina con lo que hace, pero a mí me da mucho miedo; mi padre -su abuelo- sin embargo le anima a que lo siga haciendo. Igual parece una tontería, pero no hay ningún niño de su edad que yo conozca capaz de hacer eso. Yo por mi parte intento que haga otros deportes menos peligrosos porque el día de mañana intentará probar otras cosas por el estilo, como las que hace su hijo. Cuando leí su mensaje pensé en mi hijo y en su futuro y, conociéndole, me está asustando la idea. Me asusta, pero también es verdad que debo respetar sus decisiones en el futuro.