Estimados lectores, os escribo porque me preocupa la relación que tengo con mi único hijo. Mi hijo tiene 22 años y no sé nada sobre su vida. Llevo trabajando toda mi vida y nunca he parado para tener una conversación profunda con mi hijo. No me he dado cuenta que el tiempo pasaba y mi hijo crecía. Ha vivido casi toda la vida con su abuela, conmigo estaba solo 2 horas al día y los festivos. Tampoco tiene una relación estrecha con su abuela, está pasando mucho tiempo delante del ordenador. Me gustaría tener una relación más cercana con él, pero no me quiere contar nada sobre su vida. ¡No sé cómo hacerlo, ya han pasado muchos años! Necesito vuestra ayuda. ¡Gracias!
Yo me encuentro en la misma situación que tú, Aurelia. Pero mi caso es distinto. Mi hija vive casi todo el tiempo con su madre porque nos hemos separado hace poco. Noto que ya no es la misma, se está distanciando cada día más. Yo puedo estar con ella solo los fines de semana y es precisamente cuando ella quiere salir con sus amigas. Y si me toca trabajar peor todavía. Si le digo que no me va a odiar y si sale la veo menos todavía. Las relaciones entre padres e hijos son muy complicadas, sobre todo si hay que trabajar tanto.
Nunca es tarde para volver a empezar. Yo creo que debería hablar con él. Empieza confesándote, dile que le necesitas y que te gustaría pasar más tiempo juntos. Intenta llamarle la atención con algo. Podéis ver en la tele algo que os guste a los dos, puedes preguntarle cuál es su comida favorita para ir después a comer juntos etc. Pídele también que te ayude en algo. Siempre el trabajo une. Puedes enviarle a casa de un familiar para llevarle un regalo y luego le preguntas que le ha parecido. Tengo muchas ideas, pero conozco muy poco a tu hijo, me gustaría saber más sobre sus gustos para poder ayudarte.¡Ánimo!
¡Hola Aurelia! Yo tengo una hija de 12 años y paso con ella el mismo tiempo que has pasado tú con tu hijo. Pero a mí esto no me preocupa, mi hija es muy independiente y autosuficiente. Ya se apaña sola con todo. Tu preocúpate que tenga buenos amigos y buena novia, el resto da igual. Los hijos ya no nos hacen caso, seguro que habla contigo solo para pedirte dinero. Cuando son pequeños son tan monos, nos buscan por todas partes y de mayores lo único que hacen es buscar la manera de estar lejos. ¡Ya se darán cuenta más adelante!
¡Me alegro que has podido averiguar algo sobre tu hijo, Aurelia! Yo creo que no importa si pasas mucho o poco tiempo con tu hijo, tienes que mirar con sus ojos. Es difícil, lo sé. Tengo dos hijos y no hago más que observarlos. Los miro y me pongo en su lugar. No soy la madre perfecta, he cometido muchos errores, como todo el mundo, pero cada día quiero hacerlo mejor. Sé todo sobre ellos, todo lo que se ve y se puede imaginar. Hablamos muchas veces y tenemos mucha confianza. Me confían sus sueños y vivo para cumplirlos. ¿Hay algo más bonito?