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Estimados lectores, necesito vuestra ayuda y no sé ni cómo empezar. Me acabo de divorciar y estoy muy triste. Me divorcié porque mi marido se aficionó a los videojuegos y no había manera de hacerle entrar en razón. El problema es que todavía le quiero y me duele mucho vivir sin él, pero vivir a su lado estos últimos meses ha sido un infierno. Me ignoraba completamente, comía deprisa para volver a los juegos etc. La gente que ha vivido con un adicto sabe de qué estoy hablando. Me duele mucho perder a la persona amada por culpa de un vicio. Me siento culpable por no ser tan fuerte y quedarme a su lado para ayudarle.  ¡Necesito vuestra ayuda! ¿Cómo puedo salir adelante sin él?

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¡Vero, las adiciones nunca son buenas! Lo sé por mi padre que es alcohólico. ¡Sé cómo te sientes! Me costó mucho dejar la casa de mis padres, pero era la única manera de poder salir adelante. Yo pienso que has tomado la decisión correcta. Tú no estás enamorada de tu marido adicto, estás enamorada de un fantasma del pasado. Tienes que ser fuerte y dejar de sentirte culpable. No eres tú la que destrozó la pareja. Creo que deberías rodearte de gente positiva y dejar de vivir en el pasado. Has dado el primer paso escribiendo en este foro. Yo aquí he aprendido mucho sobre las relaciones humanas.

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Estimada Vero, no sé cómo reaccionaría yo en una situación así. Lo único que puedo decir es que entiendo tu dilema, es muy difícil separase de un ser querido. Yo tuve un novio adicto al alcohol y quería ayudarle a superarlo. No funcionó, incluso se volvió violento. Rompimos por este motivo a pesar de ponerme en contra a todas las amistades y a la familia. Me costó mucho romper aquella relación porque él no era capaz de aceptar la ruptura. La gente me miraba mal, todos pensaban que soy mala persona. Pienso que  sería peor persona seguir con él, casarme y destrozar la vida de mis futuros hijos. Pensé que para mi él murió el día que levantó la mano contra mí. Esto no se puede tolerar.

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¡Has hecho muy bien, Vero! No te tortures más, la culpa es suya y de nadie más. El mal hay que arrancarle desde la raíz, antes que se extienda. Este chico debería ir a un especialista cuanto antes. Yo tengo una amiga cuyo hermano estaba aficionado a las cartas. Este es un caso más triste que el tuyo porque se trata de perder dinero. Realmente hablamos de una persona adicta, pero una adición que le costaba dinero. Este chico se endeudó tanto que lo perdió todo.  Su familia está destrozada. Al final le declararon incapaz para no tener que quedarse en la calle. También va al psicólogo. ¡Estas cosas son muy graves!

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¡Vero, deja de lamentarte y olvídate de este hombre! ¡Yo no entiendo cómo puedes sentirte culpable si sabes de sobra que no lo eres!  Yo tengo una prima que piensa igual que tú. Te cuento un poco sobre su vida para que veas que hay cosas que no se hacen. Mi prima se enamoró de un chico hasta la médula. Ella pensaba que era el amor de su vida y todas estas chorradas. Resulta que el chico solo se estaba aprovechando de ella porque su novia estaba estudiando fuera. Cuando se enteró se empeñó en seguir con él a pesar de mis consejos. ¡A este le mandaba yo …ya sabéis! Al final acabó con depresión y muy difícil se recuperó. ¡Tu sigue por tu camino y a este hombre déjale con su maquinita!

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¡Buenas tardes a todos! Veo que nadie opta por la opción de ayudar a este hombre que está enfermo. Sé que me vais a crucificar, pero si todos huimos de los problemas nunca acabaremos con ellos. Yo he sido drogodependiente y no estaría aquí si no fuera por la ayuda de mi familia. Lo pasaron mal, cada vez que lo recuerdo me siento culpable. Me salvaron la vida. Me costó mucho reintegrarme en la sociedad, la gente me temía. Hoy en día estoy casado y tengo dos hijas. Hablé con ellas sobre mi pasado, creo que es la mejor lección sobre las drogas que han recibido hasta ahora. No estoy juzgando a Vero, solo digo que dejéis de hablar de este chico como si se tratara de un monstruo.
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La historia de Luciano me conmueve. Tiene razón en lo que dice, pero debemos tener en cuenta que él habla desde su punto de vista. A veces intentamos ayudar a alguien y no somos capaces de hacerlo. ¡Supongo que este ha sido el caso tuyo, Vero! No todos tenemos la fortaleza y esta paciencia. Yo he tenido en mi casa a un primo que se estaba desenganchando y sé cómo es. Llegó a mi casa casi recuperado, pero aun así tenía que estar pendiente de él. Yo creo que no deberías culparte, has hecho lo que has podido. A lo mejor si te quedabas a su lado acabarías mal. ¡Ánimo!

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