¿Hay que ayudar a la gente que siempre pide ayuda pero que nunca la ofrece?

Yo creo que todo tiene un límite. Está bien ayudar, porque a mí me han ayudado mucho, pero que no te tomen por tonta nunca. Hay personas que solo saben aprovecharse de los demás, yo misma lo he hecho muchas veces: a veces no me apetece salir a tirar la basura y me aprovecho de las personas que me visitan para que se la lleve. También me hacen la compra o me limpian la casa. Yo luego me porto bien con ellas, pero debo reconocer que me gusta que me hagan favores. Muchas veces le he pedido a mi mejor amiga que me haga las facturas diciéndole que no sé hacerlo o que se me ha estropeado el ordenador. Así que, hay que tener cuidado que no te puedes fiar de nadie.

Yo creo que deberías saber dónde acaba la bondad y donde empieza la ingenuidad. Una cosa es hacer algo porque te gusta y otra cosa hacerlo porque alguien te está determinando. Creo que en el momento que haces algo de manera consiente no hay motivo para estar preocupada. Otra cosa es ser engañada por alguien. Si eres feliz ayudando a los demás, hazlo. Pero si lo haces esperando algo a cambio, vas a perder siempre. Es un error muy común que comete la mayoría de la gente. Por esto hay tantos conflictos, por culpa de los malos entendidos, por esperar de otras personas lo mismo que tú eres capaz de ofrecer.

Estoy bastante de acuerdo con Gabriel, nunca hay que hacer algo esperando la recompensa. También hay que tener respeto a los demás y a ti misma. Qué nadie se aproveche de ti, pero si haces algo hazlo porque tú quieres. Tienes que saber decir no cada vez que sea necesario. Si me limitaría a contestarte a la pregunta del título, te diría: ¡sí!  Pienso esto porque hay personas que no pueden ofrecerte nada, eso no significa que no quieren. A lo mejor no se han ofrecido hasta ahora porque piensan que no tienen nada que ofrecer.  De todos  modos, tú ya sabes quién merece ser ayudado y quien no.

Yo creo que no es una regla general. Yo siempre he hecho lo que me ha parecido correcto en el momento y nunca me he arrepentido. Me encanta ayudar a los demás y disfruto haciéndolo. Nunca espero nada a cambio, pero el día que llega a sorprenderme alguien, me llega al corazón. Una vez una persona me ha sorprendido de tal manera que se me ha quedado para siempre en el corazón. Me enamoré de ella sin verla, solo por su forma de ser … nunca he visto su cara, nunca he escuchado su voz, pero sus mensajes son para mí como el pan de cada día. Es como comunicarme con mi ángel de la guarda. Gracias a ella he aprendido a amar incondicionalmente. Es bueno ayudar a los demás.