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¡Buenas noches a todos! Os escribo porque tengo la sensación que he llegado al fin de mi relación y en cualquier momento mi novio me va a decir que lo nuestro se ha acabado. El día que le conocí era muy romántico y atento, pero todo ha cambiado de la noche a la mañana. Ahora ya no me regala nunca nada, ni siquiera me invita a pasear con la bici, cosa que nos gustaba mucho. Llega a casa, se conecta al Facebook y se olvida de mí. Solo me llama para preguntarme que vamos a cenar o a comer y para tener relaciones sexuales. Parece que todo lo que hace lo está haciendo por obligación y no me gusta nada su actitud. ¿Qué hago?

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Pensaba que yo era la única que sentía esto, pero me duele leer tu mensaje y saber que la mayoría de las relaciones acaban así. Yo intento vivir mi vida sin depender mucho de él, pero tenemos demasiadas cosas que nos unen. Las hipotecas unen para siempre y los hijos también. Sé que de alguna manera o de otra me quiere, pero yo necesito sentirme viva. No, no voy a buscarme un amante, pero voy a disfrutar de mis amigas y amigos, voy a crecer como persona y disfrutar de mis hobbies que tengo muchos. Cualquiera que me escuche me va a decir que estoy loca, pero soy demasiado realista para pensar que esto tiene arreglo.
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Las relaciones cambian, ya no somos iguales. Todas las relaciones cambian, por esto me atrevo a contestarte. Yo al principio me llevaba muy bien con mis cuñados, pero hoy en día parece que me tienen envidia. Ya no me invitan a sus casas y a mis hermanos los están manipulando demasiado. Los hermanos ya no son hermanos después de casarse. Se olvidan de su sangre y miran por sus parejas. Yo vivo sola, será que por esto no los entiendo.  Creo que deberías vivir tu vida sin pensar si ha cambiado o no tu pareja, ¡qué más da!  Hay que ser un poco egoísta porque de otra manera sufrirás sin sentido y no merecerá la pena.

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Yo creo que todo esto pasa por exceso de confianza. Si una persona se muestra tal y como es ya no hay misterio y no hay necesidad de ir conquistando. Es como un juego. Si has llegado al final de la partida ya no estás motivado a seguir jugando. Siento poner este ejemplo, pero es lo primero que me ha pasado por la cabeza. A mi mujer me provoca todos los días y me da motivos para seguir seduciéndola. Yo de vez en cuando reservo mesa a un restaurante para poder invitarla a una cena romántica. También compro billetes para el cine y le regalo flores. Sinceramente lo hago porque pienso que necesita ser conquistada diariamente.

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Yo no creo que las relaciones acaban todas de esta manera, a lo mejor pasa algo con él y tú no lo sabes. No puede ser que las cosas cambien tan pronto. Deberías salir tú también más para llamar la atención. Debes demostrarle que no eres su propiedad y que eres una persona independiente que puede llamar la atención de cualquier hombre. Si no haces nada, la relación se muere poco a poco. No te confíes demasiado, lucha por lo que quieres y demuestra que vales mucho. Las personas humanas siempre queremos jugar, el juego es el que mata el aburrimiento en las parejas.
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Mi marido es igual que el tuyo, solo quiere comida y sexo, otra cosa no le importa. Se planta en el sofá y ve la tele comiendo patatas fritas de bolsa. Ya no quiere salir y leer se le ha olvidado por completo. Creo que es cosa de la edad, ¡ya se ha cansado de vivir el pobre! No somos muy mayores, pero hemos vivido demasiadas cosas y ya no somos iguales que hace 30 años. Tienes que saber que el matrimonio es rutina, yo si tuviera una máquina del tiempo y pudiera volver atrás, no me casaría. ¡No merece la pena vivir así!
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