Mi marido me ha engañado con otra y encima me echa la culpa a mí

Hola. Pues la verdad que así dicho por lo menos a mi me deja muy sorprendida y con una opinión, a priori, muy mala de ese señor que dice ser tu marido, porque comportándose así de marido no tiene nada. De todas maneras, podrías comentarnos más detalles sobre el problema? ¿Puedes explicar esas “circunstancias” que no le han dejado otra opción? La infidelidad, a mi juicio, es más bien un síntoma que un mal en si mismo, creo que lo importante, para poder solucionarlo son las causas, sobre todo cuando en este caso parecen más una excusa por su parte que un motivo real, y una manera no solo de quitarse la culpa sino de echártela a tí. Por eso mejor si nos pudieras contar algo más. ¡Ánimo!

Bueno pues, la verdad que no me resulta fácil hablar de todo esto pero entiendo que así contado no puede entenderse el tema muy bien… Vamos a ver… yo tengo 41 años y estoy casada desde hace siete. El es un año mayor que yo. Nos casamos con la ilusión de formar una familia pero todo este tiempo no tuvimos suerte. Una vez conseguí quedarme embarazada pero tuve que abortar a las pocas semanas. Después de esto, que paso hace un ano, en cierto modo aceptamos que no íbamos a poder tener hijos. A lo que siguió, en unos meses un enfriamiento progresivo, primero a nivel sexual, luego a todos los niveles. Vivimos juntos, eso es todo lo que hacemos. Reconozco, por mi parte, que después de todo esto no tengo apetencia e impulso sexual (aunque él también ha dejado de intentarlo) y ese es el motivo al que él alude como razón de su infidelidad.

Estoy leyendo tu mensaje y lo que me sorprende es que no te estás dando cuenta que lo que tu llamas matrimonio es sólo un pacto de silencio. Para poder ser felices tenéis que establecer lo que es importante para los dos, buscar los puntos que os une y los que os separa. Si no tiráis juntos del mismo carro es mejor dejar la relación. Él parece que busca sexo y tú necesitas compañía. Para que una relación funcione tenéis que tener objetivos comunes. Veo que no hablamos en ningún momento de amor. ¿En qué ambiente crecería vuestro hijo? Habla con tu marido abiertamente y dile lo que sientes, lo que piensas y si sigue echándote la culpa será mejor que te tomes un respiro. ¿Te has preguntado alguna vez lo que es mejor para ti? ¿Eres igual de importante para tú marido como es él para ti? Espero que todo esto te sirva de ayuda.

Yo entiendo a tu marido perfectamente. Le estás ignorando completamente. Si has tenido un aborto él no tiene la culpa ni tú tampoco. Me da la sensación que sólo querías utilizar a tu marido para tener un bebé. Una familia no se forma de esta manera. Dices que habéis aceptado la idea de no poder tener hijos, pero parece que solo tu marido la acepto. Hay que vivir la vida tal como la tienes. Lo que no se puede no se puede. ¿Habéis pensado en adoptar? Hay muchos niños que necesitan un hogar. Una familia no es montar “El Belén”. Cada uno tiene que poner algo de su parte y veo que la primera que no lo hace eres tú. ¡Luego va tu marido, te engaña y hace lo posible para que te enteres…en fin! En esta vida hay que espabilarse o morirse. Yo en tu lugar le pagaría con la misma moneda.

He visto tu mensaje y veo que la comunicación brilla por su ausencia. ¡Habla con tu marido! Si se ha producido el enfriamiento a todos los niveles yo creo que tenéis que buscar alguna solución eficaz para los dos. Estar atados por estar no os conviene a ninguno de los dos. Ser infiel no es la solución a los problemas. Seguir con un matrimonio dañino tampoco es bueno. No te digo que te separes, pero hay que dejarle las cosas muy claras. Si de verdad eres importante para él intentará arreglar las cosas. Tienes que darle tiempo porque confiar en una persona que te ha engañado no es fácil. Daros un tiempo para pensar. Si de verdad queréis tener hijos existe también la posibilidad de adoptar. El problema vuestro creo que es la falta de comunicación y, después del engaño, también de confianza. Si no podéis arreglar las cosas es mejor dejarlo. Las decisiones las tenéis que tomar juntos. En una relación que merezca la pena no hay ganadores y ni perdedores.