Mi madre me tiene al borde del ataque de nervios: se mete continuamente en mi vida

Tienes que pensar que es muy difícil ser madre, intenta ponerte en su lugar. Creo que deberías probar un día a cambiar los roles en la casa. Me gustaría ver a tu madre en tú lugar y a ti en el lugar de ella. ¿Te imaginas a tu madre saliendo hasta las antas y dejando todas sus tareas sin hacer? ¿Te imaginas levantándote a las 7 de la mañana para asegurarte que tus hijos se despiertan para ir al colegio? Es muy difícil ponerse en la piel del otro. Yo a ti te entiendo, me pongo en tu lugar y sé que no es fácil. Pero también me pongo en el lugar de tu madre. Tenéis que hablar y aprender a respetaros mutuamente.

Mi madre se mete en mi vida y toda la vida lo hará. Ya tengo mi propia casa y todavía sigue con las mismas ideas de siempre. Intenta siempre decirme como debo llevar mi casa, como tengo que educar a mi hija etc. Yo no me enfado con ella porque sé que lo hace con buena intención. Es muy pesada, lo sé, pero solo lo digo yo y no me gusta que lo diga los demás. Una madre así, como la tuya y como la mía, nunca cambiará. Habla con ella para conseguir un poco de libertad, pero no creo yo que de su brazo a torcer.

Creo que hay que buscar el término medio, debes habla con tu madre y preguntarla sobre lo que ella hacía con tu edad. Debes recordarle como era y lo que no le gustaba de sus padres. Habla con ella y dile cómo te sientes, explícale que de esta manera no vas a poder ser nunca una niña independiente, que vas a temer a todo el mundo por falta del centro, que ejerce hacía ti. También tienes que demostrarle que pueda confiar en ti, de otro modo nunca te escuchará ni cambiará la actitud hacía ti. Probablemente tu madre haya sido un aniña rebelde y piensa que tú vas a ser como ella.También puede que le hayan decepcionado demasiado. 

Mi madre siempre ha sido como la tuya, pero nunca le hice caso. No le gustaba que invitase a mis amigos a casa y todos los días me traía gente a casa. Una vez dentro ya no protestaba tanto. NO le gustaba nada de lo que hacía, pero no le quedaba otra que aceptarme. Yo sabía que para ella yo era una especie de debilidad, todos los hijos somos para nuestros padres, aunque no lo parezca. Tenéis que aprender a convivir, es muy pronto para irte de casa. Tienes que centrarte en tus estudios e intentar olvidarte de lo que dice o hace tu madre.