Estimados lectores, os escribo porque estoy pasando por malos momentos. Tengo una hija de 12 años que se nos escapa de las manos, por lo menos es lo que yo pienso. Intento corregirla, aconsejarla, pero mi marido la defiende siempre, quitándome autoridad delante de ella. Mi marido la quiere más que a mí (cosa que entiendo y me parece normal), pero no debería hacerme esto porque no le está haciendo ningún bien. No es capaz de decirle no a nuestra hija y ella se ha vuelto rebelde. Mi marido y yo hemos empezado a discutir cada vez más y estoy muy preocupada por la situación. ¿Qué puedo hacer?
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Yo te aconsejo hablar bien con tu marido. Por mucho que quiera a tu hija más que a ti esto no se hace. Dile que le está haciendo mucho daño a su hija sin darse cuenta. A lo mejor así entiende mejor la situación. A una niña adolescente hay que educarla bien. En momentos así pienso que tengo suerte no tener marido para no meterse en la educación de mi niña. Muchos pensadores dijeron que es mejor que mande uno solo para no tener problemas. Mira que yo soy demócrata, pero en algunas cuestiones pienso que es mejor que mande una sola persona.
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Ana María y Gema Carla, no quiero contestaros porque me interesa más contestar a Sandy. Solo os digo que no estoy de acuerdo con vuestra manera de pensar. Yo creo que los padres deben estar de acuerdo cuando se trata de la educación de los hijos. Querer a un hijo más que a una esposa es algo natural (mi opinión), pero no confundamos el amor con lo que está haciendo este señor. Este señor está malcriando a su hija y desacreditando a su mujer, cosa que me indigna. He observado, por desgracia, que no podemos combatir el machismo, necesitaremos años luz para conseguir la igualdad. ¿Por qué tiene que tener el marido siempre la última palabra?
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