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Hola. Necesito ayuda para salir de esta situación  en la que vivo, y por eso me he decidido a escribirles. Mi mujer y yo llevamos ya desde algún tiempo con problemas financieros. Nuestros sueldos son bajos y somos cuatro en casa. Aunque mi mujer y yo estamos muy unidos y de verdad no nos importa sacrificar lo que haga falta para salir adelante, lo cierto es que tambien estamos sacrificando la infancia de mis dos hijos, porque la verdad que no llegamos a comprarles lo que nos piden para sus cumpleaños, la navidad, etc., cosas que otros padres sí que pueden comprarles a sus hijos. Y, sinceramente, me hace sentirme como un fracaso de padre, como un perdedor. No soporto ver sus caras de desilusión cuando al abrir el regalo ven que no es, una vez más, lo que ellos querían. No lo puedo aguantar más.

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Hola Adonis. Tengo que decirte que te entiendo perfectamente. Es muy duro tener que negarle un capricho a tu hijo o a tu hija cuando sabes que eso les hace felices y además se lo merecen. Por desgracia para mÍ, desde el momento del divorcio y hasta hoy esa es la realidad del dia a dia. Me gustaría poder comprarle, sobre todo a mi hija, ropa buena para que luzca lo guapa que es. Pero nos tenemos que conformar con los chinos y las rebajas. Lo mismo con el mayor. En cierto modo me he ido acostumbrando a vivir con esa frustración sabiendo que yo lo hago lo mejor que puedo.

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Hola. Yo estoy totalmente de acuerdo con la última frase de LaFaraona, creo que es de verdad muy importante: Tienes que estar seguro de que lo haces lo mejor que puedes, y no deprimirte por no poder dar a tus hijos todo lo que te gustaría, porque les das todo lo que puedes. Yo creo que eso es algo que a la larga tus hijos te van comprender, quizá ahora, si todavía son muy pequeños, pues no pueden entenderlo y por eso se desilusionan. De todas maneras habla con ellos y házselo saber; estoy segura que para ellos, al fin y al cabo lo más importante es el amor que les das, no los juguetes o los regalos que puedes o no comprarles.
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En mi casa cuando éramos pequeñas nunca faltó el dinero, pero tampoco nos dieron siempre todo lo que pedimos. Y créeme que eso, cuando vas creciendo y te vas dando cuenta de la situación (que no es un situación de no poder sino de no querer) por ejemplo, cuando llega la adolescencia, te puede hacer tener peores sentimientos hacia tus padres que el hecho de que no hayan podido tenerlo. Ahora, sin embargo, entiendo que mis padres lo hacían con una buena intención: enseñarnos que en esta vida uno no siempre puede tener todo lo que desea, y que la felicidad no esta en cuanto tienes, sino en disfrutar lo que tienes. Además, todo esto siempre lo compensaron con mucho amor, que es lo importante, y eso a pesar de mis continuos berrinches. Compensadselo vosotros también con mucho amor y todo irá bien.

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Gracias a todos y todas por vuestros comentarios hasta el momento. Me gustaría añadir un par de comentarios. Primero, se que hago todo lo que puedo pero también sé que no es suficiente, y eso es lo que realmente me deprime, porque no puedo hacer más, y me preocupan las consecuencias que pueda tener. Se también que lo importante no es “tener” cosas materiales, que para ellos es una buena lección vital saber ser felices con poco y que lo más importante que les tengo que dar es amor, pero mi preocupación es otra: El mayor ya me vino una vez llorando de la escuela porque en su clase se reían de él porque llevaba los cuadernos en una mochila vieja y no en una “de los dibujos de moda”. Los niños son muy crueles y no quiero que otros niños, se rían de ellos, les marginen y les traumaticen porque yo no pueda ganar suficientemente dinero para comprarles lo mismo que a otros niños.
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Adonis, yo entiendo perfectamente tu preocupación, pero de verdad, incluso en una situación como la que comentas, lo más importante sigue siendo el amor y la confianza que tienes con tus hijos. Cuando yo era pequeño mi familia vivía en una situación similar a la que tu comentas. Ademas entonces no se llevaban uniformes a la escuela, sino ropa y zapatillas de marca. Yo, por contra, siempre llevaba la misma ropa usada de mis primos, totalmente pasada de moda: era el hazmereir de la clase. Y si quieres que te diga la verdad, aunque a mi tampoco me gustaba esa ropa, eso nunca fue para mi un gran problema. El problema fue que mis padres estaban siempre estresados trabajando intentando ganar dinero para comprarme mejor ropa en lugar de estar a mi lado para apoyarme y darme cariño.
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